lunes, 7 de noviembre de 2011

DESDE ZIPACON A LA MESA

De las frías tierras de Zipacon, un  nutrido grupo de caminantes full arribó a la Mesa capital de la provincia del Tequendama, por entre túneles, y  el viejo camino real empedrado, pasaron  el rio Apulo en época de invierno y en el ocaso descansaron. Es una caminata que bajando no tiene mayor merito físico, pero déjeme contarle que el inventario articular y muscular en las piernas del caminante hacen de esta bajadita  un temido recorrido. Basta con sentir los dolores del músculo cuádriceps  a los dos días siguientes y el drama que viven quienes tienen problemas de rodilla ¡Que dolor! fajas y  ungüentos relajantes son la salida. Aquí en el Ocaso se hace la primera selección los agotados  e indispuestos se devuelvan para Bogotá en la buseta, diez se quedaron y, el resto a refrescarse con liquido y recuperar energías con cualquier merienda para enfrentar la segunda parte del recorrido hacia la Mesa parte del cual se hace por la vía férrea  internándose  a partir de la Esperanza en una mini selva inaccesible, hacienda equilibrio  en el riel  que todavía asoma en la superficie o esquivando la metida de pie en el fango,  y más adelante sentir  la placidez del camino a  Doima, aquel viejo lugar donde existió alguna vez una excelente clínica para los trabajadores ferroviarios y sus familias y donde se reúnen turistas que llegan al sitio a piquetear. Y a propósito  lo que parecía un sueño llego el tren a la esperanza, resucito después de treinta y cinco años de nostalgia, lamento, miseria  y esperanza de sus pobladores. 
La cosecha de guayaba aún no llega como en otros tiempos en los cuales coincidía nuestro paso y llenábamos los bolsillos y maletas de ese delicioso fruto que cogíamos de la cantidad de árboles  nacidos sobre la vía férrea, pero mejor así, por que la subida que más adelante  nos espera  después de la  sesión fotográfica y  la degustación de la lonchera en la vieja estación del  Hospicio, pone en duda  ya por agotamiento la ilusión de llegar a la plaza principal  meta final del recorrido.


El relato no es para ahuyentar a los caminantes, más bien es una invitación a que cada uno pruebe su resistencia, capacidad física y voluntad  en conseguir resultados en 28 kilómetros con el barro y  condiciones climáticas  adversas .FELICITACIONES A TODO EL GRUPO Y ESPECIALMENTE A LOS OCHO QUE DE  VEINTICINCO LLEGARON A LA MESA  EN OCHO HORAS DE RECORRIDO Y A SU DIRECTOR FERNANDO.

Como anfitrión del grupo  aquí en la Mesa  les daré siempre  la bienvenida  y les recuerdo que  esta bello municipio,es el mejor punto de partida en sus planes de caminatas  y agroturismo ecológico en un lugar  que goza de buen clima a  corta distancia de  de Bogotá.